Mi pecho se doblega a tus caricias con soltura y calidez.
Cada caricia tuya dibuja en mi alma el futuro nuestro…
Cada caricia abraza cada latido mío que grita miles de pasiones.
Tus manos rompen mis paredes y las tomo contra mi pecho.
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Soy una roca que se baña en las costas de tu ternura.
Eres un paisaje que se tatúa en mi mirada.
Soy una oruga que se duerme en el calor de tus tibias manos.
Eres el ángel que deja venir el silencio, pues en tus caricias me relatas los amores.
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Pongo tus manos en mis mejillas para sentir los besos que te guardas en las despedidas.
Rozas mi rostro con cada línea oculta en tus manos;
Desde las orillas fértiles y delicadas, hasta las palmas blanquecinas como la leche virgen…
Cierro mis ojos y callo, pues tus manos hablan y mi cuerpo responde.
–
Beso tus manos, pues ellas guardan el secreto de nuestro amor.
Te abrazo y te tomo con clamor. No existen tan bellas manos como las que tienes tú.
Porque en tus manos se van mis temores.
Porque son el puente entre lo que decimos y lo que hacemos, amor mío.
-Escrito por Alejandro Viloria. Sábado, 26/05/12.